En un bastidor de carmín fijé
la brisa que despide tu andar
En un lienzo carmesí pinté
tus recuerdos en mi cari soledad
Sólo dos noches y otras dos más
y las que faltan por consumar
© 2011 Ánfer Chávez
En un bastidor de carmín fijé
la brisa que despide tu andar
En un lienzo carmesí pinté
tus recuerdos en mi cari soledad
Sólo dos noches y otras dos más
y las que faltan por consumar
© 2011 Ánfer Chávez
Con mi mano sostengo los miedos de tu razón
los inclino a los cielos: un morrete iracundo inestable en tu corazón
Desde allá me dicen que no es hoy el día de nuestro encuentro
porque tus miedos te comprometen ante una latente obsesión
Y te lo vuelvo a decir: esto no es un poema de amor
¿quién ha visto al amor y al miedo en pleno armagedón?
Nadie ama con miedo, nadie teme al corazón
El corazón es un clavel y tu miedo un espinón
del que no salen pétalos, del que no sale razón
© 2011 Ánfer Chávez
Sólo un resuello libérrimo era lo que esperaba
de brisas sonantes, de alientos pérfidos.
No era yo quien te veía ni tampoco quien te tocaba
Sólo oía; sólo escuchaba
sólo vibraba
¡Vibra conmigo!
¡Diviértete con mi apócrifo destino!
Siente fluir en ti poesías, energías;
todas son mías, querida
© 2011 Ánfer Chávez
A la voz del sosiego, se hace necesario
el desvelo de tu casquivana piel
Al mismo tiempo que me veo rodeado del desdén
de una habitual esencia furibunda de pasión
Estoy seguro que no ando lejos, a lo mejor
y estoy por pisar flagrantemente tus dedos
y, muy sutilmente, hacerlos feraces melados
de mi efímera presencia
© 2011 Ánfer Chávez
Quiero indultar tu bastión de dulces notas
Quiero confitar tu aliento en el mío
Quiero disentir de lo espurio
Quiero ser tu vespertina compañía